domingo, 15 de marzo de 2009

El futuro del libro: del papel al byte.

Por: Marcelo Quiroga
manara39@gmail.com


1. INTRODUCCIÓN: DEL LIBRO IMPRESO A LOS LIBROS EN LÍNEA
El surgimiento de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (N.T.I.C.) plantea un nuevo interrogante a los profesionales de la información: ¿Cuál será el futuro del libro impreso?
Muchos han planteado su desaparición y otros la coexistencia del soporte tradicional y los nuevos medios. El profesor del Departamento de Estudios de la Información (Universidad de Sheffield), Tom Wilson, es uno de los que apoya esta última teoría.
Estas ideas han surgido ante la aparición de las redes telemáticas (en particular Internet) que están revolucionando la forma de concebir al libro. Ya no se habla de texto sino de hipertexto (texto que remite a otro texto, sonido o imagen).
Surgen nuevos conceptos: bibliotecas digitales y bibliotecas virtuales. En este último caso se hace hincapié en la ‘referencia remota’.
¿Cómo será el rol del bibliotecario en ‘la era de Internet’? ¿Qué función cumplirán las bibliotecas a partir de ahora? Éstos y otros interrogantes serán respondidos a lo largo de esta monografía.
El propósito de este trabajo es realizar una aproximación teórica a un tema cuyo debate recién comienza.

2. EL IMPACTO CULTURAL DE LA IMPRENTA DE TIPOS MÓVILES
En esta ‘sociedad del conocimiento’ en la que vivimos se ha olvidado el impacto que generó la invención de la imprenta de tipos móviles en la Humanidad. El hallazgo del alemán Johann Gutenberg cambió la forma de entender el mundo. La transmisión oral del conocimiento dio lugar a la fijación del mismo en papel.
La producción masiva de material impreso abarató los costos y permitió la alfabetización de la mayoría de la población. Se terminó el monopolio del saber por parte de unos pocos. Antes de la imprenta los predicadores cumplían el papel de transmisores del saber en forma oral. La gente comenzó a autoinstruirse y acceder a la información sin importar las distancias de los grandes centros urbanos.
Con el tiempo se fueron perfeccionando los métodos de impresión y la calidad del papel. Empezaron las revisiones a los escritos para buscar la mayor veracidad en las publicaciones.
La Revolución Francesa y las guerras de independencia americanas fueron el producto de los ideales libertarios transmitidos a través de los libros prohibidos. Las reformas sociales trajeron consigo sociedades más justas y equitativas. El saber pasó de las clases altas a los sectores populares.
La difusión del conocimiento científico a través de los libros –durante los siglos XVII al XX– favoreció el progreso de la civilización. La gente común pudo tomar conciencia de los avances que cambiarían su vida para siempre.

3. LOS TIEMPOS CONTEMPORÁNEOS Y EL LIBRO
En el siglo XX, los libros tuvieron un rol fundamental en el mundo occidental a pesar de la gran influencia de los medios masivos de comunicación. Durante el siglo pasado la edición de libros sufrió una nueva serie de mejoras y el abaratamiento del papel favorecieron la difusión de la lectura. Un ejemplo de ello fueron los libros de bolsillo que produjeron aumentos masivos de ventas en todo el mundo.
Los grandes avances científicos y técnicos que vieron la luz durante esa centuria facilitaron la divulgación del conocimiento a través del papel impreso. Asimismo, la educación masiva de la población dio lugar a la publicación de textos escolares de todo tipo. Las obras de referencia bibliográfica se perfeccionaron tanto en la forma como en el contenido.
La actividad bibliográfica internacional fue auspiciada por la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura). En los países desarrollados se editaron bibliografías nacionales retrospectivas y en curso de publicación. Por su parte, los países subdesarrollados hicieron algunos esfuerzos bibliográficos aislados con el apoyo de organismos internacionales.
La aplicación de computadoras en el diseño de libros a partir de los ’70 y ’80 contribuyó a reducir los precios y aumentar las tiradas de libros comerciales.
Un fenómeno reciente son las librerías-shopping, los videoclubes y los quioscos que constituyen puntos de venta no tradicionales de libros comerciales.

4. LA AUTOMATIZACIÓN DE BIBLIOTECAS
Desde mediados del siglo XX las bibliotecas han ido incorporando la informática a diversas tareas y procesos técnicos.
En principio, se creó en los Estados Unidos el primer catálogo colectivo automatizado en torno a la Biblioteca del Congreso de Washington. Los catálogos colectivos permiten centralizar la información bibliográfica de dos o más bibliotecas en un catálogo central y facilitan el préstamo interbibliotecario. En los países desarrollados la implementación de los catálogos colectivos informatizados se convirtió en práctica común mientras en los países subdesarrollados sólo se produce de manera aislada.
En 1965 nació en los Estados Unidos el proyecto MARC (Catalogación Legible por la máquina) para unificar los formatos de descripción bibliográfica. Actualmente tiende a extenderse en todo el mundo.
Desde el surgimiento de la computadora personal en 1981, la automatización de todos los procesos bibliotecarios se incrementó paulatinamente: catalogación de libros, revistas y materiales especiales, préstamo, compras, donaciones y demás procesos administrativos.
Un gran aporte a la informatización bibliotecaria fue la generalización del uso del software CDS-ISIS auspiciado por la UNESCO. Esta aplicación favorece la normalización de los procesos técnicos a escala mundial.
Actualmente se están generalizando los Catálogos Públicos en Línea (OPAC) para facilitar el acceso de la gente al patrimonio bibliográfico de las bibliotecas.
También se está extendiendo el uso de los CD-ROM’s para la distribución de bases de datos, catálogos, revistas y como una nueva forma de acceder al conocimiento.
Asimismo, se tiende a la creación de páginas Web de bibliotecas como una forma de difundir información institucional y facilitar el ingreso a los catálogos en línea.

5. LOS NUEVOS SOPORTES DE INFORMACIÓN
La incorporación en las bibliotecas de nuevos soportes como el CD-ROM y los DVD’s está cambiando la forma de concebir el saber.
Los CD-ROM’s son discos ópticos que pueden albergar hasta 200 mil páginas de texto con sus correspondientes gráficos y explicaciones. La lectura de la información almacenada en los mismos se hace por medio de un haz de rayo láser. Las ventajas de este nuevo soporte están vinculadas a sus características multimedia: permite reunir textos, sonidos e imágenes fijas y animadas. El texto contiene enlaces hipertextuales: pueden vincular un artículo determinado a otro escrito, gráfico, sonido o animación. También se da el vínculo hipermedial, es decir, enlazar cualquiera de los elementos mencionados entre sí.
Se considera que la multimedia permite interactuar con los contenidos al azar y no secuencialmente como sería el caso de un libro impreso. Muchos enfatizan el carácter interactivo de los CD-ROM’s como un gran avance en el proceso del conocimiento. Es evidente que su gran capacidad de almacenamiento (650 megabytes) los hacen aptos para la comercialización de bases de datos y obras de referencia: diccionarios, enciclopedias, etc.
Recientemente se ha inventado un nuevo soporte multimedia: el DVD (Disco Versátil Digital) con una capacidad de 17 gigabytes, o sea, 26 veces más que el CD-ROM. Esta nueva invención ya se está comercializando para la difusión de películas y promete ser el sucesor natural del CD-ROM. Algunas enciclopedias multimedia como la Britannica ya se están ofreciendo al público en formato DVD. Lo mismo ocurriría con distintos tipos de softwares.
 
6. INTERNET Y SU INFLUENCIA EN LA NUEVA CONCEPCIÓN DEL LIBRO
La interconexión de computadoras conformando redes telemáticas –en especial Internet– constituye un avance sin precedentes en la historia. La telemática combina las redes de comunicación telefónica y satelital con las computadoras para facilitar la transmisión de información a distancia.
La Red Global (WWW) –la cara más conocida de Internet– permite:
● Consultar catálogos de bibliotecas distantes.
● Visitar museos y pinacotecas virtuales.
● Comunicarse con otros usuarios por medio del correo electrónico.
● Conversar directamente o mediante el uso del teclado (CHAT).
● Participar de videoconferencias.
● Formar parte de listas de correo o grupos de discusión.
● Experimentar la denominada ‘realidad virtual’.
● Buscar cualquier información deseada a través de portales temáticos o buscadores: Yahoo, Altavista, Google, Terra, Radar, etc.
Pero la Web es sólo una parte de la Red de Redes:
– FTP (Protocolo de Transferencia de Archivos): este sistema facilita el acceso gratuito a programas o archivos ubicados en servidores remotos.
– Gopher (sólo texto): fue una de las primeras formas de comunicación previas al nacimiento de la WWW.
– Telnet: este protocolo permite la interconexión con supercomputadoras aún no conectadas a la Red Global.
Sin dudas, la Red Global está cambiando nuestra forma de percibir el mundo y también nuestra manera de comprender la literatura. Internet siempre fue un medio libertario por naturaleza y esto es lo que favorece la producción escrita. Cualquier persona con inquietudes literarias puede publicar sus obras en la Web. De este modo, se eliminan los intermediarios: editor, impresor, distribuidor, librero. El individuo puede concentrar en sí mismo todos esas funciones.
Asimismo, están surgiendo páginas Web personales e institucionales sobre determinados autores que despiertan la simpatía popular. También surgen las denominadas ‘editoriales virtuales’ que impulsan la publicación de nuevos autores.
Los denominados ‘proyectos’ literarios como el Gutenberg y el Cervantes Virtual nos plantean una nueva forma de acceder a la literatura. Ambos son ambiciosos proyectos de digitalización de obras clásicas de la literatura universal. El Gutenberg rescata textos de todo el mundo en idioma inglés y el Cervantes Virtual hace lo mismo con publicaciones en lengua española.
Lo revolucionario de este tipo de emprendimientos es la posibilidad de conseguir una copia gratuita del libro de nuestra predilección. En estos y otros sitios denominados de ‘dominio público’ las obras están alojadas en una computadora que hace las veces de servidor. Miles de personas de todo el planeta pueden ingresar a esas bibliotecas virtuales y ‘bajarse’ una copia del Quijote, Facundo o La Metamorfosis.
Un párrafo aparte merecen las bibliotecas digitales y las virtuales, por tanto, serán tratadas con mayor detenimiento en el último capítulo. Las primeras son un gran depósito de textos acompañado de elementos multimedia que hacen más atractiva la lectura. Las segundas añaden a los elementos tecnológicos la denominada ‘referencia remota’ realizada –vía correo electrónico– por profesionales de la información.

7. ¿LIBROS ELECTRÓNICOS VERSUS LIBROS IMPRESOS?
El libro electrónico puede ser hipertextual o hipermedial –a través de Internet– o estar almacenado en un CD-ROM, DVD o en un ‘libro artificial’. Baker lo definió como: “una colección de páginas de información dinámica e interactiva implementadas en una metáfora de libro”[1].
Sus características serían:
1. “La facilidad para cambiar y actualizar la información contenida”.
2. “La capacidad que dispone para almacenar información, que afecta todos los tipos y la forma de uso”.
3. “La interactividad”.[2]
La tendencia indica que todas aquellas disciplinas que requieren una actualización permanente de sus contenidos han elegido la Web para la difusión de los mismos. Esto ocurre en el campo científico y en el ámbito universitario donde la dinámica del conocimiento es tal que necesita de un medio acorde a la misma.
En 1998 se creó el prototipo de un libro electrónico con la apariencia de un libro normal pero con la posibilidad de almacenar en él varios miles de obras a la vez. Obviamente, el mismo sería actualizable por Internet y tendría todas las cualidades del soporte papel: similar textura y formato. Las páginas podrían cambiarse automáticamente o de acuerdo al gusto del lector. Hasta el día de hoy no ha sido posible comercializarlo a un costo accesible.
Más allá de las ventajas innegables de los medios digitales hay cosas irremplazables: la cualidad táctil del papel, su textura y olor. Por otra parte, es posible leer un libro en cualquier parte sin necesidad de usar pilas o conectarse a la red eléctrica o telefónica. Los libros sólo necesitan de una buena luz ambiental o a lo sumo de un par de anteojos para su lectura.
Sin embargo, más allá de cuestiones físicas hay que considerar también los factores económicos. Mucha gente gusta de leer novelas, cuentos, poesías, biografías o libros de divulgación científica y tiene que pagar muy poco para poder hacerlo. El costo de tener una computadora portátil que haga factible una lectura ‘cómoda’ no baja de mil dólares: un precio demasiado caro para la mayoría. Es mucho más económico asociarse a una buena biblioteca pública o bien adquirir por poco dinero los libros más deseados.
Existe otra cuestión vinculada a la preservación del material impreso: un libro puede durar varios siglos y se lo puede restaurar de ser necesario. Por el contrario, no hay ninguna garantía sobre la posibilidad de leer un CD-ROM dentro de 10 años: es probable que ya no existan ni los programas ni las máquinas que puedan acceder a la información contenida en ellos.
Es evidente que ambos soportes: el digital y el impreso coexistirán por bastante tiempo. Cada uno tiene sus ventajas y por ello no son excluyentes. Todavía hay un gran mercado para libros en papel que no necesitan actualización vía Internet. Por el contrario, ya han surgido publicaciones hipertextuales que sólo circulan en la Web y se van renovando periódicamente.

8. LAS BIBLIOTECAS DEL FUTURO
Antes de especular sobre las bibliotecas del futuro es necesario analizar las nuevas bibliotecas del presente: digitales y virtuales. Las bibliotecas digitales o electrónicas reúnen en un mismo servidor de Internet: texto, imágenes, voz, sonido, 3D y, en algunos casos, holografías.
No se trata sólo de dar acceso a catálogos en línea sino que se busca generar un nuevo entorno bibliotecario. Las bibliotecas electrónicas utilizan sofisticadas técnicas de digitalización de textos e imágenes para preservar y difundir el conocimiento. Es una nueva forma de cumplir el papel clásico de la biblioteca: clasificar, catalogar, indizar, conservar y, sobre todo, difundir información de alto nivel. En estas bibliotecas se pone énfasis en el acceso a la información. Para ello es necesario fomentar el uso de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (N.T.I.C.).
En los Estados Unidos y en Europa se están llevando a cabo varios proyectos de bibliotecas digitales en museos, pinacotecas, y todos los sectores vinculados al proceso informacional. Un proyecto digno de destacar es el sitio de la Biblioteca Pública de Internet (Internet Public Library): http://www.ipl.org . El sitio está dedicado exclusivamente a concentrar información de interés bibliotecario. Es un gigantesco portal que reúne todo lo que necesita un profesional de la información pero sólo en idioma inglés.
Las bibliotecas virtuales agregan a sus repertorios digitales la atención especializada de referencistas a distancia. Entra en juego aquí el elemento humano brindando servicios informativos a usuarios remotos. Un ejemplo de este tipo de biblioteca es la iniciativa española Pregunte, las bibliotecas responden. Dicho proyecto conforma una red de bibliotecas vinculadas por correo electrónico que contestan cualquier inquietud a usuarios dentro o fuera de España. Para acceder al mismo hay que tipear la siguiente dirección Web: http://pregunte.carm.es/pregunte. Una vez en el sitio se puede llenar un formulario con la pregunta que será contestada en un plazo máximo de 3 días.
Teniendo en cuenta estas loables iniciativas y otras ya mencionadas como el proyecto Gutenberg y el Cervantes Virtual cabe preguntarse por el futuro de las bibliotecas. Es evidente que las bibliotecas deberán incorporar a Internet como una herramienta más de acceso a la información.
Sin embargo, es erróneo creer que la Red de Redes es una gran biblioteca: sólo es un gigantesco almacén de información totalmente desorganizada. Entre los profesionales de la información se está hablando de la ‘bibliotecarización’ de la Red. Es decir, aplicar las mismas normas de normalización y organización informativas que rigen en las bibliotecas. Dicho plan contará, sin duda, con la oposición de los intereses económicos que han convertido a la Red Global en un gran negocio.
En fin, más allá de los proyectos, se hace necesario encarar en las bibliotecas públicas un plan de formación de usuarios de Internet. Una vez más, las bibliotecas están llamadas a cumplir una función educativa. Combatir el ‘analfabetismo cibernético’ es un desafío para el futuro inmediato. Aquellas bibliotecas que sigan cumpliendo un rol de conservación de sus colecciones bibliográficas están condenadas a la extinción.

9. CONCLUSIÓN
El libro impreso no ha llegado al fin de su vida útil ni mucho menos. Se estima que por unos 30 años coexistirán los soportes y medios digitales con el papel. A medida que pase el tiempo la balanza se irá inclinando a favor de los primeros. Mientras tanto, los libros impresos seguirán siendo la forma más económica de acceso al conocimiento.
Estamos en ‘la era de Internet’ y este no es un eslogan publicitario. Esta Red de Redes está cambiando al mundo. La posibilidad de publicar cualquier texto, acompañado de imagen y sonido, constituye un cambio fundamental en la forma de comunicarnos. Cualquier programa como el Word permite crear una página Web en un rato y ‘subirla’ a la Red sólo requiere el pago de la comunicación.
Los servicios gratuitos de difusión de páginas Web se cuentan por decenas. Existen iniciativas económicas y políticas para facilitar el acceso al nuevo medio. En una década la Red habrá alcanzado la mayoría de edad y se habrá generalizado su uso.
En este contexto, los bibliotecarios se están adaptando a los nuevos tiempos más rápido de lo que muchos creen. Usan las nuevas tecnologías y las aprovechan para rescatar lo mejor de ellas. Las páginas Web de bibliotecas se van incrementando día a día. Los catálogos en línea basados en este medio marcan una tendencia clara. Muchos profesionales de la información aprenden a utilizar el hipertexto y otras aplicaciones telemáticas.
Sin embargo, no se sobrestima a Internet: no es ‘la biblioteca digital universal’ que muchos soñaron. En este aspecto la ‘bibliotecarización’ de la Red es el desafío de los próximos años.
Los profesionales de la información deberán:
– Organizar los documentos disponibles de una manera racional.
– Garantizar el acceso y disponibilidad permanente de la información.
– Eliminar la información ‘basura’ y cubrir los baches existentes.
– Gestar métodos eficaces de recuperación de la información (por autor, titulo y materia, como mínimo).
– Crear buscadores basados en el uso de vocabularios controlados.
– Clasificar y catalogar todos los documentos disponibles en Internet.
– Utilizar criterios documentales de selección y evaluación serios.
No cabe duda que el trabajo que tienen por delante los bibliotecarios es titánico. De él depende el futuro de los profesionales de la información.
Una nueva era ha llegado y la aceptación del desafío es la única alternativa posible. Las bibliotecas volverán a cumplir –una vez más– su función de transmisoras del conocimiento en el nuevo entorno digital.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
1. La biblioteca digital / Dora Pérez. -- En: Seminario I, módulo 2, artículo 7. (listateleworks de los egroups de ABGRA).
2. La contribución de la imprenta / Alexa Nosal. -- En: Bibliología y Bibliotecnia I, módulo I. -- p. 4-5.
3. Edición de libros. -- En: Enciclopedia Encarta 1999.
4. Historia de las bibliotecas del mundo : desde la invención de la escritura hasta la era de la computación / Fred Lerner. -- Buenos Aires : Troquel, 1999. -- p. 249-58.
5. Impacto de la automatización en bibliotecas / Silvia Mónica Rodríguez Lagos. -- En: Bibliografía y Referencia II, selección de textos. -- p. 23-9.
6. La Internet: una nueva frontera para los profesionales de la información y la documentación : un enfoque sistémico / Francisco Javier García Marco. -- En: Bibliografía y Referencia II, módulo 1. -- p. 151-5.
7. Libro. -- En: Enciclopedia Encarta 1999.
8. Libro (definición). -- En: Nuevo Larousse Básico / Ramón García-Pelayo y Gross. -- Buenos Aires : Larousse Argentina, 1979. -- p. 334.
9. Nuevos soportes documentales / Ernest Abadal Fagueras. -- En: Fuentes y Servicios de Información I, módulo 1. -- p. 95-7.
10. La publicación electrónica y el futuro del libro / Tom Wilson. -- En: Congreso Internacional sobre Ciencia del Libro en conmemoración del 450 aniversario del primer libro lituano, Universidad de Vilna, Lituania, 24-28 de septiembre de 1997. -- En: http://www.bibnal.edu.ar
11. ¿Qué es un CD ROM? : el soporte de almacenamiento de la multimedia. -- En: Fuentes y Servicios de Información I, módulo 1. -- p. 98-1.
12. La saga de Internet. -- En: Suplemento Informática de La Nación del 31 de agosto de 1998. -- p. 20-1.
13. Ser digital = being digital / Nicolás Negroponte. -- Buenos Aires : Atlántida, 1995. -- p. 117.
14. Ibídem. -- p. 120.
15. Los servicios de información en el próximo milenio / Victórico Rodríguez Reyes. -- En: Bibliografía y Referencia II, selección de textos. -- p. 1-9.
 
 
[1] Del papiro al byte / Daniel Spina y Eduardo Giordano. -- En: Revista de la 24ª Feria del Libro de 1998.
[2] Ibídem.